Sígueme

Síguenos en Twitter Siguenos en Facebook Siguenos en Blogger

ÉRASE UNA VEZ LA EMPATÍA...

Érase una vez... esa vez en la que descubrí que mi forma de ser, de sentir, de actuar me hacía ser lo que muchos llaman empática. Soy empática en todos los ámbitos de mi vida, y qué queréis que os diga no es algo que pueda evitar. Tengo la fea manía de ponerme en el lugar del otro y me pasa que a veces me afecta demasiado... hoy ha sido uno de esos días. 


Sí es cierto que llevo una semana dura, la primera que estoy a todo gas en el rincón petzuñero, por lo tanto ¡zas! bienvenida al mundo del régimen autónomo, aquél que años atrás había olvidado. Me ha venido un bofetón amplio y contundente, yo estoicamente lo he aguantado sin moverme un centímetro, bueno quizás sí, un par de pasitos chiquititos hacia atrás, aunque en seguida he cogido carrerilla y me puesto en modo recargando batería. 
Estos soplamocos son necesarios para devolverme al mundo real y los agradezco. He tenido un par de días en los que la caja registradora a la hora de cerrar se quedaba como estaba a la hora de abrir, y eso queridos lectores petzuñeros es duro. Nadie dijo que sería fácil, así que la maquinaria que tengo puesta por cerebro se ha empezado a activar y bicheando ha encontrado una fórmula para que si los clientes no venían a la pelu, la pelu fuera a por los clientes. 
¿Que cómo lo he conseguido? pues cogiendo la base de datos arcaica que tengo (he de decir que es de cuando los sapos volaban en el Pleistoceno, estamos hablando de unos 800 clientes) y escribiendo uno a uno un whatsapp (bendita tecnología punta) he mandado un pequeño texto de presentación invitando a los clientes a que vinieran a charlar un ratito conmigo (antes de que lo penséis, no, la base de datos es tan antigua que no había manera de mandar un mailing).

Al principio pensé que no serviría de mucho, pero joer, ¡no tengo nada que perder!. Cual ha sido mi sorpresa cuando la gente ha empezado a contestar, unos ya no tenían mascota (ya contaba con ello),  otros que se pasarían a conocerme (genial), algunos interesados en pedirme cita y precios (más que estupendo)... pero ha habido uno que me ha tocado, me contesta una mujer y me dice "el perrito lo tiene mi madre, yo estoy en el hospital, estoy malita", mis ojos se han quedado clavados y he contestado "vaya... lo siento, espero que cuando se recupere pueda pasar a hacerme una visita" a lo que el cliente me ha vuelto a contestar con un "gracias cielo pero es cáncer, una lucha que no se cómo acabará"... visualizad mi cara, ¿la veis? yo me sorprendido cuando una lágrima me caía por la mejilla... He respirado y he vuelto a contestar "ya... aún así le mando toda mi energía positiva y quiero que sepa que me ha encantado hablar con usted aunque fuera por medio de letras", la respuesta ha sido un gracias. Fin de la conversación...

Después de esto el cuerpo se me queda pues eso, hablando claro hecho mierda y más teniendo en cuenta mi semana "estupenda" de agobios varios. Esto me da que pensar en varias cosas:

1. Siempre hay que hacer lo que uno crea que es lo correcto, total siempre hay tiempo de equivocarse y rectificar.
2.  Cuando hay problemas lo mejor es centrarse (llorar un poquito para descargar si es necesario), volver a centrarse  y buscar la solución.
3. Siempre hay personas que están peor que tú.
4. Todo tiene solución en mayor o menor medida, menos cuando algo es inminente como la muerte.
5. Hay que ser empático, ponerse en la situación del otro y responder con un apoyo aunque no lo conozcas de nada, aunque no le pongas cara, aunque lo único que tengas para esa persona sean unas letras de ánimo, eso sí, que salen de dentro... hoy mi entrada es para ti...



Comentarios

Entradas populares