WELCOME TO MI BARRIO, PARTE I... Mis vecinos orientales, Belén y Kiara, Raquel y Blue.

Dicen que somos de donde nacemos, yo soy de la opinión de que somos de donde nos encontramos acogidos, arropados, a gusto y felices.

Me crié en un barrio de los de toda la vida, en el que mis padres decidieron formar un futuro, un barrio humilde, en su momento algo castigado por la droga y delincuencia pero en general un buen barrio. Siempre me he sentido segura en él, casi todos los de la zona nos conocíamos, las pequeñas tiendas de toda la vida llenaban las calles y los mercados de barrio inundaban de gritos y jolgorios los puestos, sí en Aluche (Madrid) se vivía bien y se vive bien. Quizás por haberme criado ahí, ahora que mi puesto de trabajo lo tengo en otro barrio muy parecido al mio me encuentro como en casa... 

Hoy quiero comenzar con una serie de post que iré publicando, este es el primero de, espero, unos cuantos. En ellos quiero hablaros de la gente que me rodea aquí en Santa Eugenia, barrio de Vallecas en el que como grita la reseña superior en la página del blog, tiene mucho que contar y que ofrecer.

Empezaré diciendo que es un barrio que conozco poco, puedo describiros lo que veo pero a simple vista se que es un barrio con bloques de casas que rondan los años ¿60?, quizás ¿70?. Es un barrio antiguo de Madrid, humilde y de gente trabajadora. Mi zona está rodeada por la carretera de Valencia y las vías del tren, hay amplias plazas peatonales y muchos jardines.

El rincón petzuñero está en una de esas plazas, rodeado de bloques enormes donde viven vecinos amables de todas las edades.

Mis vecinos más próximos son una pareja de orientales que regentan un negocio de alimentación. Todas las mañanas ella me saluda sonriente y me pregunta que tal estoy. No habla bien el castellano pero hace el esfuerzo de defenderse para preguntarme qué tal estoy y qué tal me va el negocio, se agradece. 

A veces me regala fruta, en varias ocasiones me ha dado plátanos y otra vez me regaló cerezas, todo un detalle por su parte. Cuando lo he necesitado me ha dejado su escalera e incluso recuerdo un día que entré a comprar una ensalada de pasta de estas preparadas y mi sorpresa fue cuando me dijo en su castellano oriental "tú comerl ahola?, tú calental comida en micro" y me señaló el cuarto donde tiene el microondas. La miré sorprendida y le di las gracias para seguir diciendo que la tomaba fría. Ella insistió "mejol calienta", repetí de nuevo que la comía fría y volví a darle las gracias. Me sonrió y me fui a comer. 

Cuando entré en la peluquería no paraba de pensar, mis vecinos orientales me conocen poco pero siempre que pueden me ayudan, me preguntan y me prestan lo básico, me sentí agradecida por tener gente así cerca.

Al poco de llegar al barrio, tuve que poner un cartel en el escaparate para que la gente supiera que había cambiado de dirección, no quería poner el cartel típico y dije, pues hago uno a mano, llamativo y con alguna frase graciosa. Compré unas cartulinas de colores y con unos rotuladores puse la siguiente frase "Nueva dueña maja busca: se buscan clientes majos. Nueva pelu de mascotas. No te quedes en la puerta, pasa a charlar y conocerme", la gente miraba el cartel asombrada pero ¿sabéis qué?, dio resultado y mucha de la gente que lo leía pasaba a saludarme  y a presentarse. 
Recuerdo la primera vez que vi a Belén dueña de Kiara, pasó a la pelu a preguntar con su prima Raquel dueña de Blue. Estuve un rato hablando con ellas y cuando se fueron Belén se dio la vuelta justo cuando iba a salir y me soltó "estamos encantados de que estes en el barrio", mi cara tuvo que ser un poema, llevaba muy poco allí y frases como esas en momentos claves hacen mucha mella dentro. Nunca le he dicho lo que le agradecí esas palabras, ha traído a su perrita en varias ocasiones y nunca se lo he dicho... Hoy casualmente ha estado en la pelu y he estado un ratito hablando con ella, podía habérselo dicho pero me parecía mucho más bonito dedicarle parte de esta entrada, porque al fin y al cabo ella fue una de las primeras que con su frase de ánimo hizo que esa semana mereciese la pena. Gracias Belén.

Y es que una de las cosas que me encanta de toda esta aventura, a parte de tener a los peludos cerca, es la cercanía con la que trato a mis vecinos, esos que son mis clientes, esos que me dan de comer, me animan y se preocupan por cómo me va... Sí bienvenidos a mi barrio.