Anécdotas sobre ruedas
Lo importante de acercarte a hablar con las personas… ¿se está perdiendo?
Una de las cosas que adoro de mi
trabajo a parte de trabajar con los peluditos es que entablas conversación con
la gente, tengan o no animales, mi negocio es peculiar, llama la atención y muchas
personas se acercan a preguntar aunque sea por curiosidad. Eso me da la
posibilidad de conocer gente nueva y no se si por cercanía o por qué motivo
termino hablando de mil cosas con esa persona, tenga o no tenga que ver con mi
negocio.
Eso me gusta porque parece que
con los tiempos que corren se está perdiendo el poder hablar cara a cara con la
persona que tienes en frente, a mi parecer algo super importante porque eso nos
hace más humanos, relacionarse directamente es algo que creo de vital importancia,
la gente da su punto de vista de las cosas, ves gestos y reacciones y se crea,
a veces, un vínculo.
Esta semana he tenido dos anécdotas
curiosas que quiero compartir con vosotros petzuñeros.
A principio de semana estaba
aparcada en mi barrio, Aluche, esperando a que llegase una cita. Resulta que en
la calle paralela donde estaba aparcada están con labores de asfaltado y mientras
preparaba todo para ofrecer el servicio de peluquería que hago con mi furgoneta
aparece un grupo de personas dotadas de carpetas, probablemente eran
supervisores de las obras que se estaban realizando o quizás no quien sabe. El
caso es que mientras estaba preparando mis cosas se inicia una conversación que
yo escuchaba perfectamente. Una de las personas comenta en alto mirando curioso
mi furgoneta al resto de integrantes “uy mira qué cosas, claro se tienen que
buscar la vida”… Yo que no miro al grupo pero sí escucho el comentario y el
tono digamos, extraño por no decir despectivo, sigo con mis cosas sin poder
esconder como sube mi ceja, esa que actúa sola cuando algo me sorprende o no me
gusta mucho. La frase en sí no tiene mucho de donde sacar, pero si va
acompañada del tono que usó esta persona sí me pareció cuanto menos curioso. Otra
persona del mismo grupo, creo que algo sorprendida por el comentario, le
contestó “pues este tipo de servicio por las zonas de playa se da mucho”, a lo
que la otra persona no indicó nada más al respecto. Fin de la conversación sobre
la Petzuñeta.
La segunda anécdota ha sido hoy
mismo. Estaciono mi vehículo en la zona de Ventisquero de la Condesa para
realizar una cita de los muchos clientes que tengo en la zona. Mientras estoy
atendiendo a mi cliente que acaba de llegar, aparece un señor mayor que se
acerca con su perrito, me pide información del servicio, se la doy acompañada
de la pertinente tarjeta. La siguiente frase es “¿esto tiene licencia?, ¿es
legal?”. Mi cara un poema del Greco…, le contesto amablemente al entrañable señor
indicando que tengo todos mis papeles en regla y que pago religiosamente mis
impuestos como autónoma. Seguidamente me da las gracias y se va.
Todo esto me da que pensar, ya
sabéis que analizo bastante las cosas, que tengo esa manía de observar en
silencio, al final siempre macero mis pensamientos, cuando lo veo oportuno y
tengo algo de tiempo me gusta plasmarlo por escrito y haceros partícipes de
ello. Dicho esto dispongo las siguientes conclusiones:
Sobre la anécdota uno, solo me
cabe pensar en que esa persona podría haberse acercado y entablar una
conversación conmigo, yo le habría explicado que efectivamente todos tenemos
derecho a buscarnos la vida, solo que yo no me busco la vida, esto, es mi forma
de vida, varia bastante el tema cambiando unas palabras de la frase. Detrás de
lo que usted intuye como algo para salir del paso, es un negocio de una persona
emprendedora, trabajadora y luchadora. Detrás de esta furgoneta que usted ve hay
un proyecto empresarial de año y medio más otro año de penurias en un local de
alquiler donde mi persona y muchas otras han aportado su grano de arena. Detrás
de estas cuatro ruedas, hay impuestos que pagar, un trabajo realizado, un
servicio prestado, dedicación en una jornada laboral, mucho amor a animales, trato
personalizado y cercano al cliente, una inversión de dinero importante tanto por
bancos como gente particular que ha apostado por mi proyecto y han decidido
ayudarme con su dinero. Detrás de este negocio hay una familia que come, paga
sus facturas y de vez en cuando puede tomarse una caña. Detrás de esto que
usted define como buscarse la vida, hay unos estudios previos y una formación
continuada. Detrás de este servicio a domicilio hay más gente que gracias a lo
que voy facturando pueden seguir con su negocio porque muevo la economía (itv
de furgoneta, taller para mantenimiento de la misma, impuestos varios, compra
de material que uso en el mismo…), visto así como usted lo define, sí, me busco
la vida y hago que se la busquen los demás… Como sugerencia, la próxima vez que
vea un servicio de este tipo o cualquiera que sea, piense un momento para saber
que puede englobar porque yo no pienso que una persona que trabaja sobre ruedas
solo se busque la vida, realiza un trabajo digno como cualquier otro.
Si me detengo en la segunda
anécdota, lo único que pienso es, cuando yo veo un fontanero, albañil,
afilador, técnico de cualquier ámbito o repartidor que trabajan con sus
vehículos como infinitos puestos laborales, no pregunto si son legales o si
tienen licencia, entiendo que sí, es su trabajo y deberían realizarlo lo más
legalmente posible, cada cual es responsable de sus actos y a mi, qué queréis
que os diga pero trabajar tranquila no lo cambio por nada y eso implica tener
todo en orden. Prestan un servicio en el domicilio, realizan su trabajo y pagan
sus impuestos como todos. Es una pregunta extraña… pero oye la vida está llena
de cosas extrañas o cuanto menos curiosas y joder, mi furgoneta es curiosa.
Independientemente de las anécdotas
presentadas, lo bonito de todo esto es poder comunicarse con el de al lado,
tener distintas opiniones y sobre todo no juzgar o por lo menos intentarlo. El
esfuerzo que ponen las personas en realizar cosas solo lo saben las personas
que lo realizan, solo sabrás lo que ha supuesto si preguntas para que la otra
parte pueda hacerte partícipe de lo que implica, sino siempre te quedarás con
un punto de vista, que no tiene por qué ser peor, simplemente está cojo y esa
cojera es fácil de solucionar. ¿Para qué andar con un pie solo si puedes andar
con los dos pies?... No lo olvidemos, lo importante, lo bonito es poder mirar
al otro y entablar una conversación que te abra los ojos, no perdamos las buenas
costumbres y sobre todo la humanidad.
¡Feliz tarde petzuñeros!
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