CUANDO LA IDEA SE TRANSFORMA... ENERGÍA

Cuando el amasijo de ideas te golpea una y otra vez en la cabeza solo piensas en darle forma... tanta forma cogen que al final se transforman... Empiezo a hacer cábalas, son piezas de un puzzle que intento encajar de la mejor manera posible. Al final las mezclo y las voy dando la forma deseada, limando poco a poco para ver como nacen, como crecen, despacio, como evolucionan las pequeñas cosas que crees que serán grandes, tan grandes como la ilusión que pones en ello día tras día, tan grande como el esfuerzo que inviertes...

Y me descubro construyendo días, semanas y deseando construir meses y años... días en los que buscas soluciones a los problemas diarios, a los inconvenientes que te van surgiendo en esta nueva vida que has elegido y que pese a los quebraderos de cabeza, a las noches sin dormir sabes que has hecho lo correcto, porque nadie dijo que fuera fácil, porque hay que arriesgar y porque de todo se sale, siempre positiva aunque a veces la positividad ahogue...

Fruto de esas ideas y de poner soluciones con cero coste, hace poco me propuse participar en un concurso que organizaba el Ayuntamiento de Madrid, "Idea Emprendedora 2018" se llama. El 16 de mayo presenté el mini proyecto de idea emprendedora que me pedían en la fase inicial, no se cuándo saldrá el primer fallo para saber si paso a la siguiente fase, tampoco se cuántas ideas emprendedoras han salido en este 2018, ni cuánta mujer emprendedora se habrá presentado ilusionada como yo para este concurso, solo espero que por una vez la suerte me saque una sonrisa y que yo pueda corresponderla con una mayor. 
Tengo yo muy mala suerte para estas cosas, los concursos no se me dieron bien, las rifas siempre las pierdo, no suelo jugar a la lotería, los bingos no me tocan y en definitiva tengo una salud de hierro.

Ojalá pueda escribiros en unas semanas diciendo que el empujoncito que necesitaba está aquí... Mientras tanto vengo a mi pequeño rincon petzuñero, deseando que entre alguien a preguntar, porque ilusionarte con el euro que acabas de meter en la caja vendiendo una bolsita de chuches ya es algo, ya es más de lo que antes tenías y eso hace que se me pase la angustia, que el ahogo sea un poco más llevadero. Pasé del agobio ajeno al agobio propio pero contenta, ¿contradicción? quizás pero lo prefiero.
   
Mientras tanto, aquí seguiré inventando, buscando, asumiendo, a veces triste, a veces animada por auto-obligación y otras mucho más animada pero siempre atendiéndote con una sonrisa en la cara, esa que cada cliente se merece. Ideas con sonrisa puesta y es que tanto se transforman que es inevitable, se vuelven energía, la energía que me genera el movimiento...