IM-POSIBLE...
Todo está nublado, turbio y algo sombrío... lo que ves tiene una niebla que cubre el entorno... Las pequeñas gotas que salen de esa niebla comienzan a caer, a deslizarse suavemente y calan..., calan profundamente haciendo ese pequeño hueco que no sabes por dónde saldrá. Cuando la palabra imposible borra la primera sílaba, se convierte en algo positivo, algo a lo que agarrarse con fuerza... así voy saltando del "IM" al "PO", paro un segundo, miro hacia atrás y alzo la mano, pinto una X imaginaria en el aire y termino con un movimiento de adiós... me giro nuevamente y miro al frente, donde el "SI" y el "BLE" me esperan con los brazos abiertos dispuestos a darme ese abrazo que me reconstruya por dentro...
He dedicado varias de mis entradas a escribir sobre cosas que siento en esta nueva aventura, sobre cosas que me pasan en el día a día, sobre como me siento en momentos buenos como en momentos malos. El otro día pensando (suelo dar muchas vueltas a las cosas, a veces demasiado), me dí cuenta que aún no había dedicado una entrada a la gente incondicional que me ha apoyado desde el principio y no pude evitar sentirme algo mal, pero más vale tarde que nunca ¿no?, esta entrada va por y para ellos.
He presumido en muchas ocasiones de la gran suerte que tengo, me he rodeado siempre de gente 10, mi familia y mis amigos de toda la vida, esos que conociste en la guardería o en el colegio y que siguen ahí, tengo amigos que me acompañaron durante mi adolescencia y tengo amigos de hace muchos años que han ido apareciendo en distintas etapas de mi vida adulta. Reconozco que tengo gente muy sana y muy top cerca y eso me encanta y me reconforta.
He compartido momentos importantes que han marcado mi vida en algun momento puntual o de continuo, no importa el tiempo que pase sin hablar con ellos porque cuando vuelvo a verlos todo sigue igual, como si nos hubieramos visto hace un par de horas, esa sensación me encanta.
Dentro de ese hilo de familia y amigos hay una madeja a los que tengo que agradecer enormemente el estar ahí, el apoyarme al 100x100 en el proyecto petzuñero y es que de alguna manera, económica, moral, laboral... han aportado su granito de arena para que esto vea la luz, por verme sonreír, por animarme a seguir adelante cuando me ven hundida, para darme ideas o críticas constructivas, para mostrar apoyo al esfuerzo que estoy haciendo, en definitiva por y para verme seguir pasito a pasito... a todos ellos (ya sabéis quienes sois) solo puedo daros las gracias infinitas por confiar en el proyecto pero sobre todo por confiar en mi, y es tal el miedo atroz que me entra solo de pensar que no funcionará, que algo por dentro se me rompe sin poder aliviarlo... porque me dolería haber fracasado pero más me dolería fallaros a vosotros...
Mientras tanto veo pasar los días rodeada de pelitos de todos lo colores, de ojos que me miran, que me aportan tanto, de lenguas que me agradecen como los trato, de días llenos de mimos y caricias... esa es una buena recompensa que reconforta el alma cuando llego a casa y afronto los problemas que sé que tengo encima... al final solo puedo pensar, buscar soluciones viables y preparar el tren trasero para la próxima patada, suspiro una vez más y me recuerdo, no pasa nada, porque como alguien dijo una vez, "hasta una patada en el culo te empuja hacia delante"...
He dedicado varias de mis entradas a escribir sobre cosas que siento en esta nueva aventura, sobre cosas que me pasan en el día a día, sobre como me siento en momentos buenos como en momentos malos. El otro día pensando (suelo dar muchas vueltas a las cosas, a veces demasiado), me dí cuenta que aún no había dedicado una entrada a la gente incondicional que me ha apoyado desde el principio y no pude evitar sentirme algo mal, pero más vale tarde que nunca ¿no?, esta entrada va por y para ellos.
He presumido en muchas ocasiones de la gran suerte que tengo, me he rodeado siempre de gente 10, mi familia y mis amigos de toda la vida, esos que conociste en la guardería o en el colegio y que siguen ahí, tengo amigos que me acompañaron durante mi adolescencia y tengo amigos de hace muchos años que han ido apareciendo en distintas etapas de mi vida adulta. Reconozco que tengo gente muy sana y muy top cerca y eso me encanta y me reconforta.
He compartido momentos importantes que han marcado mi vida en algun momento puntual o de continuo, no importa el tiempo que pase sin hablar con ellos porque cuando vuelvo a verlos todo sigue igual, como si nos hubieramos visto hace un par de horas, esa sensación me encanta.
Dentro de ese hilo de familia y amigos hay una madeja a los que tengo que agradecer enormemente el estar ahí, el apoyarme al 100x100 en el proyecto petzuñero y es que de alguna manera, económica, moral, laboral... han aportado su granito de arena para que esto vea la luz, por verme sonreír, por animarme a seguir adelante cuando me ven hundida, para darme ideas o críticas constructivas, para mostrar apoyo al esfuerzo que estoy haciendo, en definitiva por y para verme seguir pasito a pasito... a todos ellos (ya sabéis quienes sois) solo puedo daros las gracias infinitas por confiar en el proyecto pero sobre todo por confiar en mi, y es tal el miedo atroz que me entra solo de pensar que no funcionará, que algo por dentro se me rompe sin poder aliviarlo... porque me dolería haber fracasado pero más me dolería fallaros a vosotros...
Mientras tanto veo pasar los días rodeada de pelitos de todos lo colores, de ojos que me miran, que me aportan tanto, de lenguas que me agradecen como los trato, de días llenos de mimos y caricias... esa es una buena recompensa que reconforta el alma cuando llego a casa y afronto los problemas que sé que tengo encima... al final solo puedo pensar, buscar soluciones viables y preparar el tren trasero para la próxima patada, suspiro una vez más y me recuerdo, no pasa nada, porque como alguien dijo una vez, "hasta una patada en el culo te empuja hacia delante"...
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